La Unión Europea está suavizando su relación con Venezuela, tras años de capítulos fríos por las vulneraciones de los derechos humanos del Gobierno de Nicolás Maduro. Ahora, después de la admisión de la candidatura del opositor Edmundo González Urrutia para las elecciones del 28 de julio y de que el régimen invitase a una misión europea a los comicios, la UE ha decidido este lunes aliviar temporalmente algunas sanciones impuestas al país americano. Así, sacará de su lista negra (prohibición de entrada a cualquiera de los 27 países del club comunitario y congelación de activos) al presidente del Consejo Nacional Electoral de Venezuela, Elvis Amoroso, cercano a Nicolás Maduro, y a otras tres personas de ese organismo al ver “pasos alentadores” en la senda hacia los comicios de julio.
La UE no ha impuesto sanciones económicas a Venezuela —a diferencia de Estados Unidos—, sino dirigidas a personas concretas y el embargo de armas y “equipos de represión”. En su lista de restricciones tiene actualmente a 54 personas sancionadas por sus ataques a la democracia, el Estado de derecho y los derechos humanos. Al alivio temporal de sacar a cuatro personas de esa lista, la Unión suma otra medida: aunque las sanciones se renuevan anualmente, las ha prorrogado solo hasta el 10 de enero de 2025, fecha establecida constitucionalmente para la toma de posesión del próximo presidente electo, ha explicado el portavoz comunitario de Exteriores, Peter Stano.
Los Veintisiete creen que la evolución entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición es positiva. Sin embargo, todavía queda un largo trayecto para la normalización. La oposición venezolana está haciendo campaña en torno a González Urrutia después de que María Corina Machado, que había ganado las primarias de la oposición en octubre, fuera inhabilitada y no se permitiera concurrir a su sustituta, Corina Yoris.
Washington ha aliviado ya algunas de esas sanciones (como las de algunas licencias petroleras), pero está volviendo a imponerlas gradualmente después de que el Gobierno de Maduro iniciase otra oleada de represión política. Tras la presión de EE UU, el chavismo decidió permitir la inscripción de la candidatura de González Urrutia, un movimiento tras el que Washington estudia de nuevo flexibilizar las restricciones.
“Con esta importante y positiva señal reconocemos los recientes pasos alentadores y reconfirmamos nuestro compromiso y apoyo para el buen desarrollo del proceso electoral”, ha explicado el portavoz Stano. “La UE sigue comprometida a apoyar un proceso de diálogo inclusivo liderado por Venezuela y el proceso democrático hacia la coexistencia política entre todos los partidos, y acoge con satisfacción el compromiso de todos los venezolanos con el camino democrático que conduce a las elecciones presidenciales del 28 de julio”, señala el portavoz.
Sin embargo, el canciller venezolano, Yván Gil, ha criticado este lunes que solo se levanten las sanciones a algunos funcionarios. Además, ha considerado que las sanciones son “ilegales” e “ilegítimas”, informó Efe.
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Ya a finales del año pasado, España, a través del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, reclamó que se aliviasen algunas de las restricciones cuando se convocaran elecciones ante la evolución positiva del diálogo político. Albares recordó entonces que las sanciones no estaban hechas para ser “eternas”, sino para cumplir la función de palanca del cambio.
En verano, en los márgenes de la cumbre UE-CELAC —Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños— en Bruselas, la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, y el jefe de la delegación opositora Plataforma Unitaria, Gerardo Blyde, se reunieron con cinco mandatarios europeos y latinoamericanos como garantes: los presidentes de Colombia, Gustavo Petro; Argentina, Alberto Fernández; Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; Francia, Emmanuel Macron, y el alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell. El objetivo de aquel encuentro fue instar al Gobierno de Maduro a retomar el diálogo para las presidenciales de 2024, sondear el levantamiento de algunas sanciones e instar a EE UU, que sí mantiene restricciones económicas, a levantarlas si Venezuela emprendía la vía del diálogo.
Bruselas está analizando ahora si envía la misión electoral a Venezuela para dar una “evaluación independiente e imparcial del proceso electoral”.
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