En una demostración sin precedentes de resistencia política, el senador demócrata Cory Booker estableció un nuevo récord en el Senado de los Estados Unidos al pronunciar un discurso que se extendió por más de 25 horas. Esta intervención histórica tuvo como objetivo principal manifestar su oposición a las políticas implementadas por la administración del presidente Donald Trump durante su segundo mandato
El discurso comenzó el 31 de marzo de 2025 a las 6:59 p.m., extendiéndose hasta las 8:05 p.m. del 1 de abril, superando así el récord anterior de 24 horas y 18 minutos establecido por el senador Strom Thurmond en 1957. Booker, representante del estado de Nueva Jersey, llevó a cabo esta maratónica alocución sin interrumpir para comer o utilizar las instalaciones sanitarias, demostrando una notable resistencia física y compromiso con su causa.
Durante su intervención, Booker abordó una amplia gama de temas, centrando sus críticas en las políticas del presidente Trump y en las acciones del Departamento de Eficiencia Gubernamental, encabezado por Elon Musk. Expresó preocupación por medidas como los recortes en el servicio público, que resultaron en despidos masivos de empleados gubernamentales, y por la concentración de poder en manos del ejecutivo, lo que, según él, amenazaba las estructuras democráticas fundamentales del país. Además, leyó testimonios de ciudadanos afectados por estas políticas y destacó la importancia de defender los valores democráticos y el estado de derecho.
La estrategia de Booker se inspiró en figuras históricas de la lucha por los derechos civiles, como John Lewis, y buscaba movilizar y fortalecer al Partido Demócrata tras las derrotas sufridas en las elecciones recientes. Su discurso fue apoyado por numerosos colegas, incluyendo al líder de la minoría en el Senado, Chuck Schumer, y al senador Chris Murphy, quienes se turnaron para intervenir y respaldar las críticas de Booker.
La cobertura mediática fue amplia, con transmisiones en vivo a través de plataformas como TikTok y YouTube, alcanzando picos de audiencia de más de 65,000 espectadores simultáneos. Esta cobertura permitió que el mensaje de Booker llegara a una audiencia global, generando debates y reflexiones sobre el rumbo político del país.
Aunque la intervención no logró detener la confirmación de Matthew Whitaker como embajador de la OTAN, el acto fue visto como un triunfo simbólico para el movimiento progresista. Demostró la disposición de los demócratas a luchar contra lo que perciben como amenazas a la democracia y al estado de derecho, y subrayó la importancia de la resistencia pacífica y la protesta en la tradición política estadounidense.