Recientemente, miles de jóvenes de toda Europa se congregaron en el Parlamento Europeo en Estrasburgo para participar en el European Youth Event (EYE) 2025. Este evento, que tuvo lugar del 13 al 14 de junio, reunió a más de 9,000 jóvenes de entre 16 y 30 años, provenientes de 160 nacionalidades distintas, en un esfuerzo por debatir sobre las prioridades legislativas de la Unión Europea y el papel de la juventud en la democracia.
En los dos días del evento, los asistentes pudieron intercambiar ideas y sugerencias sobre el porvenir del continente, enfocándose en cuestiones esenciales como la sostenibilidad, la participación democrática y la creación de políticas inclusivas. Se realizaron 450 actividades en total, que abarcaron paneles de debate, talleres dinámicos, competiciones y oportunidades de networking, donde los jóvenes pudieron manifestar sus preocupaciones y perspectivas para un futuro más inclusivo y resistente.
El encuentro no solo funcionó como un lugar de conversación, sino también como una base para consolidar la democracia participativa. Con la implicación activa de miles de jóvenes en uno de los ámbitos de poder más importantes de la UE, se transmitió un mensaje inequívoco: el porvenir de Europa debe edificarse con la juventud, no únicamente para la juventud.
Un punto culminante del evento fue la asistencia de cerca de 40 eurodiputados, quienes tomaron parte en diversas conversaciones, haciendo hincapié en la necesidad de crear vías de comunicación efectivas entre los jóvenes y quienes toman decisiones. La vicepresidenta del Parlamento Europeo dio inicio al evento, resaltando el poder y la creatividad de los jóvenes, y destacando que prestar atención a sus opiniones es crucial para la legitimidad democrática del proyecto europeo.
Una de las ideas más significativas que emergieron en el evento fue la implementación de un «control juvenil» en las comisiones del parlamento. Esta medida permitiría que jóvenes elegidos formaran parte de las discusiones legislativas, aportando su visión sobre políticas que afectan su porvenir. Este método pretende asegurar que las decisiones en Europa se ajusten a las prioridades de las nuevas generaciones, garantizando que sus inquietudes no sean pasadas por alto.
Desde que concluyó el Año Europeo de la Juventud en 2022, se ha incrementado la iniciativa para formalizar la participación de los jóvenes en los procesos legislativos. Además, otras entidades europeas están investigando métodos similares para garantizar que las opiniones de la juventud sean atendidas y consideradas en el desarrollo de políticas.
Durante el EYE 2025, se realizaron actividades que promovieron no solo el diálogo, sino también la interacción de los jóvenes con los eurodiputados y otros protagonistas importantes en la toma de decisiones. Tener este tipo de interacción es esencial para reducir la distancia entre las generaciones políticas y garantizar que se consideren las preocupaciones de los más jóvenes.
El evento dejó claro que la juventud europea está lista y dispuesta a asumir un papel activo en la construcción de un futuro mejor. Sin embargo, el verdadero desafío radica en transformar el entusiasmo y las propuestas expresadas en Estrasburgo en políticas concretas que aborden los desafíos sociales, climáticos y económicos que enfrentan las nuevas generaciones.
El involucramiento dinámico de la juventud en estos entornos es vital para asegurar que se escuchen sus opiniones y que se consideren sus inquietudes en el desarrollo de políticas. A medida que Europa afronta crisis complejas, desde el calentamiento global hasta las disparidades sociales, es fundamental que los jóvenes desempeñen un papel central en la búsqueda de soluciones.