“La transición ecológica es tan imprescindible y urgente como necesaria” | Economía

“No me gusta la expresión ‘salvar el planeta’. Si nosotros no existiéramos, el planeta estaría perfectamente”. Así ha inaugurado Paul Polman, exconsejero delegado de la multinacional Unilever y una de las caras visibles de la lucha climática, el segundo Audi Summit for Progress, celebrado este miércoles en Madrid, donde se han presentado iniciativas tecnológicas y urbanísticas que buscan afrontar el reto climático. Varias de ellas se centran en un elemento clave: el agua. No hay excusas. “La transición ecológica es tan imprescindible y urgente como necesaria”, ha afirmado Alicia Asín, experta en inteligencia artificial. El coste de no actuar contra el cambio climático, ha defendido Polman, es ya mayor que el de no hacerlo: unas pérdidas de 178 billones de dólares, frente a unas ganancias potenciales de 43.

El agua es un recurso preciado, pero también puede convertirse en una amenaza para nuestro modo de vida: a partir de 2050, se inundarán cada año zonas costeras en las que ahora viven 300 millones de personas. Además, el cambio climático favorece la aparición de fenómenos climáticos extremos, como la dana que dejó cinco muertos en España en septiembre. Por ello, y porque para 2050 el 70% de la población mundial vivirá en ciudades, el ser humano tiene que adaptar su urbanismo al agua.

Urbanismo adaptado al agua

Estos eventos son, para el arquitecto e investigador Kongjian Yu, “un fracaso de la infraestructura humana gris y de cemento”. Por ello, el decano del College of Architecture en Pekín ha desarrollado junto a su equipo un nuevo concepto urbanístico: las ciudades esponja. Inspirado por el modo de retener el agua para el cultivo de arroz en las zonas afectadas por el monzón, el equipo de Yu diseña infraestructuras ecológicas que contienen el agua en caso de crecidas de ríos y que, además, revitalizan ecosistemas en núcleos urbanos. Sus principios son claros: retener el agua en su origen, ralentizar el flujo y ser adaptativo en la desembocadura.

De las ciudades esponja, a las ciudades flotantes: ante la posibilidad de que los núcleos urbanos sean anegados por la subida del mar, el arquitecto Kunlé Adeyemi ha diseñado junto a su equipo estructuras flotantes inspiradas en los edificios construidos sobre el agua cerca de Lagos, en Nigeria. Con construcciones sencillas prefabricadas —ya presentes en China o Países Bajos— Adeyemi ha defendido que, en algunas ocasiones, “aceptar es mejor que luchar”, y ha advertido en su presentación de la vulnerabilidad de los países africanos con el cambio climático.

Y, en el otro lado de la moneda: la desertificación. El fotógrafo brasileño Sebastião Salgado ha contado cómo, junto a su esposa, Léila Wanick, emprendieron la tarea de reforestar un área de más de 700 hectáreas de tierra degradada, que es hoy un gran ecosistema de más de 2,7 millones de árboles. Para la recuperación de los ecosistemas, además de intención, hace falta ingenio: también ha participado en el evento Ties van der Hoeven, un ingeniero civil que cambió proyectos como la ciudad palmera de Dubai —que “al menos tenía nombre de árbol”— a ser director creativo de Weather Makers. El estudio consigue resucitar el ciclo del agua en zonas desertificadas a través de un cuidado plan de reforestación.

Paul Polman, este miércoles en el Audi Summer for Progress, en Madrid.Luis Miguel Gonzalez

La conservación y distribución del agua también tiene impacto ecológico. Para ejemplificar el potencial de su producto, el español Rodrigo García ha mostrado una foto de cómo quedaron los alrededores de un maratón, llenos de botellas de plástico, el año antes de que implantasen el invento de su empresa, Notpla. El año que lo usaron como proveedor del agua, ni rastro. La compañía, afincada en Reino Unido, desarrolla envases completamente degradables —comestibles, incluso—, fabricados con algas, y recibió el Earthshot Prize, un premio apadrinado por el Príncipe Guillermo.

Estas iniciativas, junto a otras presentadas durante la jornada —como la empresa de IA Libelium o el proyecto de moda sostenible de la diseñadora Pula Ulargui— son un ejemplo de un mantra repetido por Polman en varias ocasiones durante su intervención: “La mera intención no significa nada. Es el comportamiento lo que cambia las cosas”. Audi, el organizador de las jornadas, ya se ha subido a esta tendencia: Daniel König director de la acción “Uso del agua” en Audi AG, ha presentado la iniciativa de la compañía para optimizar el uso del agua en toda la cadena de montaje.

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By Jael Aguilera