Ni Chaikovski romántico y pasión, su fanfarria soberbia de trompas, ni blanco rojo y azul ni las siglas ROC, las del Comité Olímpico Ruso ni desfile alegre en la ceremonia inaugural ni participación en los deportes de equipo: los contados deportistas rusos (y unos cuantos bielorrusos, castigados, como sus vecinos y aliados por la guerra de Putin contra Ucrania) que participen en los Juegos de París no gozarán de las mínimas alegrías que les concedió el Comité Olímpico Internacional (COI) al permitirles participar en los Juegos de Tokio 2021 y Pekín 2022 bajo la bandera de su comité olímpico pese a estar su país sancionado por dopaje de Estado.
Rusos y bielorrusos portarán en París una bandera y un emblema con las letras AIN (Atletas Individuales Neutrales) en un círculo blanco sobre fondo verde, como de descolorido uniforme militar, sin chispa, que más parece un sello de conformidad en un pasaporte o una marca que les identifica como apestados que un símbolo por el que sentir orgullo al llevarlo. Y si alguno de ellos sube al podio para recoger una medalla de oro sonará en su honor una música sin letra que suena a una mala imitación de Carros de fuego mediante una IA de saldo de cuya autoría nada se sabe: ni el COI informó a los medios del nombre de su compositor al publicarla ni las apps de los buscadores la identifican. Pretendidamente épica, una Carmina Burana o algo así, es un muermo anónimo.
Y, por supuesto, nada de pretender subirse a un bateau mouche por el Sena al anochecer de París el 27 de julio en el que se presenta como el desfile olímpico más grande jamás contado. “Los AIN no participarán en el desfile de las delegaciones (equipos) en la ceremonia de apertura, ya que son atletas individuales, pero tendrán la oportunidad de vivir el acontecimiento”, señala el COI en un comunicado explicando las condiciones bajo las que permitirá participar en París a un máximo de 55 AIN rusos y 28 bielorrusos. Y recuerda: “Es el mismo escenario que se utilizó para los participantes olímpicos independientes (de la antigua Yugoslavia) en los Juegos de Barcelona 1992″.
Los AIN, onomatopeya de un lamento, río y departamento de Francia también, más parecen invitados a una fiesta ajena para mantener las apariencias de un olimpismo apolítico y de que la tregua olímpica existe; también una noticia que Thomas Bach, el presidente del COI, se empeña en airear quizás para calmar a los críticos que le acusaban de lenidad y se oponían tajantemente a la posibilidad de que un solo deportista con pasaporte ruso o bielorruso pisara París. “Ningún representante de los Gobiernos o Estados ruso o bielorruso será invitado o acreditado en los Juegos Olímpicos de París 2024″, señala el COI. “Como todos los demás deportistas, los AIN también tendrán que firmar las condiciones de participación aplicables a París 2024. Estas condiciones incluyen el compromiso de respetar la Carta Olímpica, en particular ‘la misión de paz del Movimiento Olímpico”.
A cuatro meses del inicio de los Juegos ya han logrado plaza gracias a sus méritos deportivos 12 AIN con pasaporte ruso y siete bielorrusos. Aunque el tope asignado es de 55 y 28, los expertos olímpicos prevén que finalmente serán un total de 36 rusos y 22 bielorrusos (frente a los 330 y 104, respectivamente, de Tokio 2021) quienes logren una plaza superando tanto las mínimas deportivas comunes a todos los países como una serie de condiciones propias. “Los deportistas que apoyen activamente la guerra no podrán inscribirse ni competir. No se autorizará la inscripción en las competiciones ni la competición de los deportistas contratados por el ejército ruso o bielorruso o por organismos nacionales de seguridad”, impone el COI, que recuerda que las sanciones contra los responsables de la guerra seguirán en vigor para los Juegos Olímpicos de París 2024. “Esto significa, en particular, que ninguna bandera, himno, color u otra identificación de cualquier tipo de Rusia o Bielorrusia estará presente en los Juegos Olímpicos de París 2024 en ningún lugar o acto oficial”.
Para certificar que todos los deportistas que soliciten plaza cumplen todas las condiciones para ganarse el sello AIN el COI ha creado un comité de certificación compuesto por tres personas y un secretario. Uno de sus miembros es Pau Gasol, en representación de la comisión de ética del COI.
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